viernes, 24 de mayo de 2013

No te pienso atender.

Me subo al colectivo, en mi teléfono empieza a sonar algún tema medio nostálgico, muy metódico y bastante característico de esas banditas que mucha gente no va a llegar a conocer pero que nos llena de orgullo ser pocos quienes las conocemos. Me sumerjo en una atmósfera de película moderna. El día gris, la lluvia fina que molesta pero que nos arma la escenografía  y nos deja "flashear un poco de Londres", como me gusta decir a mí.
Bajo del colectivo, todavía enojado por la soberana hija de puta que abrió la ventana para tirar una botella. (Como me molesta cuando la gente hace eso, te juro, me revienta. El volcán ecológico y del buen ciudadano que llevo adentro hace erupción).
Pero vos estás ahí, parada... Con tu cara de: 

"—por fin llegaste, tengo un montón de cosas para contarte... Empezando por la parte en la que me arreglé con mi viejo: al fin pudo entender que la economía no es lo mío. Que lo mío es pintar y expresar todos mis sentimientos frente a un pedazo de lienzo o un bastidor. Por otra lado también te quería contar que estoy contenta porque Andrea, mi mejor amiga, me volvió a hablar y le pude explicar que no fui a su cumple porque había arreglado para ir a conocer a tu familia mucho antes que ella armara el evento en Facebook y… ¡Ah! la gatita que adoptamos, Frida, ¡ya aprendió a hacer sus necesidad en su cajita y con sus piedritas! tendrías que verla, es muy tierna. La amo. 
Me olvidaba: mi mamá me dio permiso para que este fin de semana nos demos esa escapada que nos debíamos. Quiero pasar todo el finde con vos: Viernes, sábado y domingo cogiendo, tomando cerveza, fumando porro… ¡No sé! lo que sea, pero amo esos días en los que parece que el tiempo pasa muy muy muy rápido o muy lento. Mejor dicho… Esos días en los que nosotros manejamos el tiempo. Bueno no te aturdo más, contame que estuviste haciendo vos..."

De repente, la música es reemplazada por una vibración… una, dos, tres. Miro en la pantalla: me estás llamando. Son las 19:30. Acabás de salir del psicólogo.  
Estás destruida, tu viejo te dijo que sigas con contabilidad y que pintar es para hippies de mierda. Que tu mejor amiga sigue sin hablarte y empezó a salir con esa flaca que durante toda la secundaría te torturó porque tenias un apellido que rimaba con la palabra "Verga". Que la gatita esa de mierda te meo el vestido en el que gastaste una fortuna. Que tu vieja no quiere saber nada conmigo porque siempre que caemos en tu casa estamos muy fumados y con los ojos rojos. Que me vas a dejar, que es lo mejor para los dos. 

 No te pienso atender.

4 comentarios:

  1. Blogueá más seguido que me gusta stalkearte cuando no puedo dormir (lo que, casualmente, también ocurre seguido).

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  2. Ya es hora de que vuelvas a bloguear, ¿no te parece?

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